Ellos están en un espacio invisible, pero están, no lo sabemos por lo menos no conscientemente, pero manejan nuestra vida, mueven los hilos de nuestro destino como el titiritero que decide que debe y no debe hacer la marioneta.
El poder de los hábitos, que de ellos estamos hablando, es inmenso, como lo describe en su libro que así se llama (“El Poder del hábito”) Charles Duhigg.
La gran pregunta es si estamos condenados a ser esclavos de nuestros hábitos y nada podemos hacer para dirigirlos por el camino de las metas que deseamos alcanzar. Y la respuesta es no, no estamos condenados, podemos moldear esos hábitos si ponemos en marcha el componente volitivo de nuestra personalidad.
En su libro “Pensar rápido, pensar despacio” el Dr. Daniel Kahneman desarrolla una idea, sobre la existencia de dos sistemas de pensamiento, que para los efectos de practicidad los llama Sistema 1 y Sistema 2, y todo su libro tratará sobre como con estos dos sistemas producimos las , decisiones y los sesgos y fallos que estas suelen tener por no conocer adecuadamente su funcionamiento. Dice el Dr. Kahneman “ Cuando pensamos en nosotros mismos, nos identificamos con el sistema 2, con el yo consciente, racional, que tiene creencias, hace elecciones y decide que pensar y qué hacer. Aunque el sistema 2 crea estar dónde está la acción, el protagonista suele ser el automático sistema 1. Describo al sistema 1 como el que sin esfuerzo genera impresiones y sentimientos que son las fuentes principales de las creencias explícitas y las elecciones deliberadas del sistema 2.
Lo que pretendemos hacer consciencia es que andamos por la vida creyendo que tomamos decisiones con el sistema 2, pero la mayor parte de ellas pertenecen al sistema intuitivo automático, el sistema 1, fuente de nuestros hábitos.
Un viejo dicho atribuido a múltiples fuentes (recuerdo dos el Talmud y Gandhi), nos dice sabiamente “cuida tus pensamientos, se convertirán en palabras, cuida tus palabras se convertirán en acciones, cuida tus acciones se convertirán en hábitos, y por último cuida tus hábitos se convertirá en tu destino”. Ni más, ni menos, tus hábitos serán tu destino.
Y en este punto estamos, con la convicción de la posibilidad de intervención, desde una de las bases de nuestra propuesta la Ontología del Lenguaje y su pensamiento central expresado por su creador el Dr. Rafael Echeverría “El mayor desafío que enfrentamos los seres humanos no es el de conocernos a nosotros mismos. El mayor desafío es el de inventarnos a nosotros mismos. Los seres humanos participamos con los Dioses en el acto sagrado de nuestra propia creación”
(continuara…)
Por: Silvio Pla
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